martes, 29 de noviembre de 2011

Retorno a Oz



Así quedó mi segundo intento por colarme al Catalogo de Ilustradores de Conaculta. Parece que poco a poco he ido aprendiendo la lección: Entregar sólo una ilustración hecha un par de diás antes no da la suficiente buena vibra para pertenecer al selecto grupo de reproductor de sueños infantiles. Prometo empezar a trabajar, por lo menos, 3 días antes las propuestas de este año. ¿La técnica de este año?, una de las que más practico: Linea artesanal a lapiz HB aderezada con color a la Photshop.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La Casa Sangrienta



Soy muy fan de los videojuegos, y extrañamente, no recuerdo haber hecho anteriormente una ilustración relacionada con ellos hasta que mi cerebrillo escupió esto: Rick de SPLATTERHOUSE, un juego que se quedó muy plasmado en mi cabezota desde aquellos tempranos 90's en parte por el morbo (entiendase miedo-curiosidad) que siento hacía las casas abandonadas. Esta ilustración salió como un experimento en el que quise ver que salía si no bocetaba primero en papel (como lo hago el 99.999% de las veces) y me lanzaba a empezar y terminar todo desde un canvas en blanco del Photoshop.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Por segundo año no consecutivo.


Todo aquel que se diga ilustrador mexicano debe conocer el Catalogo de Ilustradores de CONACULTA, y más que conocerlo debe participar. Yo me he visto lento, muy lento y sólo he metido ilustraciones en dos años, siendo este 2011 uno de ellos. Siempre procuro estar al pendiente de la fecha en la que se abre la convocatoria y por supuesto de aquella en que se cierra. Los dos años que he participado termino haciendo la ilustración una semana antes. Este año metí sólo una imagen, que de hecho, es la misma que pensaba meter el año pasado. Se trataba de una serie de 3 (de las cuales sólo una terminé, otra quedó como boceto y la tercera ni siquiera termina de cuajar en mi cerebrín) acerca de los libroz de Oz, los cuales leí hace unos ayeres para recordar una serie de animación japonesa que transmitian hace unos años basada en los ya mencionados libros.
Este es el boceto de la imagen que logré terminar. Los personajes: Dorothy, Tik Tok y la gallina Billina. Sí mi memoria no me falla, son parte del tercer libro de la serie: Ozma de Oz.

lunes, 1 de agosto de 2011

Cliente frecuente


He tenido la suerte de trabajar para distintos clientes, desde editoriales de esas que tienen nombres en ingles, pasando por despachos de diseño donde trabajan cuatachos mios, hasta los hijos de los vecinos a los que les encargaron "un dibujo en media cartulina del ciclo del agua". Pero hay una persona que desde que vió el provecho que podía sacar de mis rayones no ha dejado de pedirme chamba: Mi hermana.
Me gusta mucho hacer limpieza de mis bocetos y encontrarme con los dibujos que he hecho para sus tareas y, últimamente, para sus fines personales como doctora. Le he dibujado viñetas para folletos informaticos, ilustraciones para portadas de trabajos escritos, monitos para sus exposiciones e incluso alguna vez un ícono de una doctora que pegó en el portagafetes que usaba diario durante sus prácticas. La mayoría de esas imágenes las hice gustoso y con mucha dedicación; otras tantas a prisa, porque tenía otros encargos y unas cuantas más enojadísimo, porque me las pedía una noche antes de ocuparlas.
El último trabajo que hice fueron unos personajes con motivo del día del padre para el periódico mural de una guardería del IMSS donde estuvo un tiempo como parte de su especialidad. El postear estas imagenes es en relidad un pretexto para dedicar una entrada a mi adorada hermanita y de paso presumir el tan característico estilo que suelo utilizar en este tipo de encargos.

lunes, 13 de junio de 2011

Imagenes para buzos II


Esta es la segunda imagen hecha para las puertas de los "sanitarios" (suena más elegante que baños) de la terraza de mi jefe Luis Mora. Dediqué más tiempo a la sirena en cuanto a bocetaje y color, sin embargo este tiburon fué el que tuvo más "punch", al grado de que hicimos una versión a linea para que apareciera en la moto Ducati de mi jefe. Después de todo, una sirena en una moto no hubiera tenido el mismo nivel de masculinidad que este condrictio.

jueves, 28 de abril de 2011

Al estilo de la vieja escuela.



Hace unos ayeres tuve la oportunidad de hacer una portada para un libro de leyendas mexicanas. Antes de ese trabajo, muchas de mis ilustraciones habían sido para libros escolares, lo que implicaba que no podía aplicar demasiada creatividad en ellas, pues había que apegarme a una descripción de la imagen dictada por la editora y en ocasiones también a un estilo ya existente. Para este trabajo tenía las puertas abiertas para hacer lo que quisiera como quisiera. Después de recibir respuesta por parte de la editorial informándome cual era el "boceto ganador", pensé que, aprovechando esa libertad que me daban, esta podría ser la oportunidad de trabajar a la vieja uzansa, de sacar los pinceles y los acrílicos y que mis manitas plasmaran mi alucín sobre un soporte físico. Había estado tan acostumbrado a trabajar con pixeles y vectores que tuve que repetir la imagen dos veces, y como buen intento de artista, los brochazos de la segunda versión cubren los de la primera.
En ese momento me gustó el resultado final, en parte por saber que nada en ella era virtual. Todo era artesanal como en mis tiempos de estudiante. En estos momentos veo que tiene errores, como el tamaño tan pequeño de las manos. Quizá, como el buen José Quintero, un día debería dedicarme a rehacer estas imagenes corrigiendo estos detallitos.

martes, 15 de marzo de 2011

Ajedreceando

Hace unos días me pidieron una muestra de estilo de ilustración para unas historia dirigidas a un público adolescente. Con temor me dí cuenta que últimamente me he encerrado mucho en estilos infantiles, tanto que los ojos de puntito me salen automáticamente. Así que, tratando de sacar algo menos "niñil" comencé a bocetar a un par de personas jugando ajedrez. La idea original era poner a ambos jugadores con sus respectivas "chicas guapas". Después decidí que, además de poner a la novia del "joven aprendiz", dibujaría a un grupo de amigos acompañandolo, de modo que en la illustración se notara al "maestro" y a su pareja esperando aburridos que el contrincante y todo su grupo de cuatachos tomen una decisión. El tiempo de entrega de la muestra me obligó a no meter a la dueña de las quincenas del "maestro" y a sólo meter dos acompañantes del muchachito. Al final me pidieron que hiciera más brillantes los colores de la imagen, pero a mi en lo personal, me agradó más la versión de pastelosos tonos.

viernes, 18 de febrero de 2011

Plumas defectuosas.


Me gusta mucho hablar sobre la técnica de esta ilustración porque es una muestra del provecho que se puede sacar de materiales aparentemente "defectuosos". La imagen fue para un articulo de la revista Rolling Stone que hablaba sobre el presidente Bush y su relación con el Tsunami Tailandes (si no mal recuerdo). La única condición para la imagen era que fuera una carícatura del presidente. Un tanto influenciado por el ambiente que vivía diariamente en mi trabajo de ese entonces (El Museo de la Caricatura), decidí hacer la imagen a mano y con tinta china. Mientras buscaba un estilografo, me topé con una pluma de gel de punto muy fino que tenía pinta de estar tramitando su jubilación. Al pasarla sobre el papel, la linea que formó era una especie de clave morse: lineas y puntos en secuencia totalmente aleatoria. Así que, antes de dejar que la pluma descansara en paz, le saqué, además de esta, unas cuantas ilustraciones más. Tan pronto la pluma dejó de pintar, intenté buscar una con características similares entre los montones de pluma que se encontraban escondidas por los rincones temerosas que alguien las viera. No corrí con suerte. Ahora dada vez que veo esta imagen me pregunto si la linea de esa pluma era obra del paso del tiempo o de plano defecto de fabrica.

Jaque Mate, máquina.


Cuando era un pequeño estudiante de primaria, mi madre compró un ajedrez de madera. Nos gustaba sacar las piezas, acomodarlas a nuestro gusto e inventarnos reglas. Unos años después, por ahí de mis 15 años, conocí a un grupo de amigos que jugaban ajedrez. Hasta esa edad aprendí las reglas del juego, así como la diferencia entre los que juegan ajedrez y los que "sólo empujan la madera". Obviamente yo siempre fuí (y he sido) de los que empujan la madera. Ya en la universidad volví a encontrarme con otro grupo de amigos que "empujaban la madera" y eso era lo divertido de jugar ajedrez: el nivel de todos mis contrincantes eran, por suerte, muy similares al mio. Del ajedrez de madera pasamos a un ajedrez portatil de piezas magneticas que era nuestra diversión en la horas libres. Cuando termino la carrera, no volví a encontrar personas que tuvieran gusto por el estrategico tablero, lo que me obligó a tener mis piezas en el cajón del olvido. Fue hasta que llegó a nuestra familia un Playstation que me decidí a comprar un juego de ajedrez y a adoptar a dicha consola como mi oponente de batallas maderezcas. Aunque mis primeras partidas eran verdaderas carnicerias por parte del aparato, procuré no dejar la costumbre de jugar de vez en cuando. Del Playstation pasó al Xbox y de ahí al teléfono celular, lo que me permitía jugar camino al trabajo. Mis últimos dos oponentes son el PSP y la máquina del trabajo, con la que llegué a tener hasta 3 batallas por día. Sigo empujando la madera y cuando me descuido, la mendiga Mac me sorprende con el tan odiado mate del pastor, pero lo sorprendente de ver como se van modificando las estrategias con cada movimiento de las piezas, como 2 caballos pueden acabar con más de la mitad del ejercito contrario y como con 3 piezas puedes arrebatar la victoria a un enemigo con casi la totalidad de sus piezas siguen obligando a abrir el tablero de ajedrez virtual y esconderlo detras de las ventanas del Photoshop para, cada 5 minutos, mover un pieza.
Tengo varios bocetos relacionados con el ajedrez, este es uno de ellos. Mientras lo hacía, me emocionaba pensar como iba a dibujar la Torre. Desgraciadamente el papel se acabó. Aunque pensandolo bien, quizá sea bueno, pues podría redibujar las piezas y corregir, de paso, esa Reina que no termina de convencerme.